Por David Figueroa Ortega
Al emitirse la autorización para la siembra experimental de maíz trangenico en distintos municipios de nuestro estado, han surgido las dudas que se alimentan de lo desconocido, sobre todo a falta de información que precise con claridad los alcances y los efectos de los transgenicos, especialmente cuando atañe a temas de salud.
El hablar de maíz en nuestro país implica hablar de nuestras raíces, de nuestra cultura alimenticia, del sustento permanente de muchos grupos campesinos, del alimento barato de millones de mexicanos es hablar de la materia prima estratégica de la ganadería y la industria de alimentos.
Es entonces cuando surge la controversia, sobre todo en Sonora donde los Sonorenses ejercemos libremente nuestro derecho de expresión, señalando y exigiendo a nuestros gobiernos e instituciones el cumplimiento de sus responsabilidades, lo cual debemos celebrar.
Ante este contexto, independientemente de quién tiene la razón, para hacerla valer y concluir todos con la mejor decisión para nuestra sociedad, es elemental partir de la voluntad de escuchar a los demás, con quienes coincidamos y con quienes no coincidamos por igual.
Que el tiempo la mayoría de las ocasiones no nos permite llegar a felices acuerdos, que la burocracia y todos los procesos establecidos son en ocasiones un impedimento para actuar a tiempo, es cierto, pero más grave aún es perder el objetivo primordial que como sociedad tenemos: avanzar.
Si partimos de la premisa de que nadie es dueño absoluto de la verdad, y de que todos compartimos el mismo espacio, concluimos que todos tenemos la misma responsabilidad de respetarnos y escucharnos, de lo contrario estaríamos en el peor de los escenarios porque aún ‘ganando’, todos perderíamos.
La realidad que no podemos negar pese a nuestros temores, es que en el concierto del desarrollo mundial los transgénicos es el pan de todos los días. Como tampoco podemos negar que pese a ello siguen existiendo voces que nos previenen de posibles riesgos.
El rezago que día a día se nos acumula en el sector agrícola en comparación a nuestros principales socios comerciales es evidente, como también lo es el subdesarrollo en el que vivimos a causa de muchas decisiones no tomadas, o no tomadas a tiempo.
Con ello no queremos decir que debemos estar a favor o en contra de estos experimentos en México o en Sonora, pero sí existe un sentimiento inevitable de que como País no debiéramos negarnos la oportunidad de explorar alternativas viables que otros países han sabido capitalizar mientras nos seguimos quedando rezagados.
Insistimos, partiendo en cualquier controversia de que nadie somos dueños absolutos de la verdad y todos nos podemos equivocar, lo más importante que debemos rescatar es darnos la oportunidad de escucharnos sin agredirnos, sin sentar que nadie tiene la razón excepto nosotros mismos.
David Figueroa Ortega
Consul General de México
davidfigueroao@hotmail.com
El dialogo es bueno, pero hay que asumir la responsabilidad que nos corresponde no hay que cerrarnos a explorar posibilidades que en otros paises son exitosas.
ERA DE ESPERARSE QUE DEFENDIERA A LOS TRANSGENICOS.
A lo mejor se dan muy bien en agua prieta.. los puede asesorar el Mijito Teran, y el tal valencia, pero con puras leperadas… NO SABEN MAS AHHH
Y se llevan al Secretario Ciscomani pa que lo ASESOREN…. pero en LEPERADAS….